En un entorno global marcado por tensiones geopolíticas y una creciente rivalidad económica entre potencias, los aranceles han recuperado protagonismo como instrumento de política comercial. Recientemente, Estados Unidos anunció nuevas alzas arancelarias sobre productos estratégicos provenientes de China -como acero, semiconductores y vehículos eléctricos-, con tasas que en algunos casos superan el 100%. Estas medidas buscan fortalecer la industria nacional, reducir la dependencia tecnológica y proteger la seguridad económica, mientras que China evalúa contramedidas similares. Esta dinámica ha reactivado la presión sobre las cadenas de suministro globales y ha generado un entorno de incertidumbre para las corporaciones multinacionales con operaciones transfronterizas.
Uno de los aspectos más impactados por esta nueva ola de políticas proteccionistas es la fijación de precios de transferencia, es decir, los valores asignados a transacciones entre empresas vinculadas ubicadas en distintas jurisdicciones. Los aranceles modifican directamente la base imponible utilizada para valorar dichas operaciones, afectando la carga tributaria, los márgenes de utilidad y la planificación fiscal. En este contexto, es fundamental que las multinacionales comprendan cómo estos cambios repercuten en sus estructuras operativas y adopten estrategias que garanticen tanto el cumplimiento normativo como la sostenibilidad financiera.
Aranceles y su Influencia en la Fijación de Precios de Transferencia
Los aranceles se calculan sobre el valor de transacción declarado al momento de importar bienes. En el caso de transacciones entre partes relacionadas este valor corresponde al precio de transferencia fijado internamente. Por lo tanto, cualquier ajuste en este precio afecta directamente el monto de aranceles a pagar.
En escenarios de alta carga arancelaria, una estrategia que algunas empresas consideran es la reducción del precio de transferencia para disminuir la base imponible de los aranceles. Sin embargo, esta práctica genera un efecto en cadena: al disminuir el costo de los bienes importados, la utilidad del comprador (filial) aumenta, lo que eleva su carga tributaria sobre la renta en el país importador. Esto plantea un dilema fiscal, pues el beneficio de pagar menos aranceles podría verse anulado por un aumento del impuesto corporativo.
Este conflicto se hace más evidente si consideramos las tasas fiscales: en EE. UU., la tasa de impuesto corporativo es del 21%, mientras que en China puede alcanzar el 25%. Una decisión apresurada de modificar precios de transferencia puede, entonces, alterar la eficiencia fiscal global del grupo, y generar riesgos ante las autoridades tributarias y aduaneras.
Desafíos Regulatorios: El Principio de Plena Competencia bajo Presión
El principio de plena competencia (arm’s length principle), adoptado por la OCDE y por la mayoría de las jurisdicciones fiscales, establece que las transacciones entre partes relacionadas deben reflejar condiciones similares a las que existirían entre empresas independientes. Esta regla se convierte en el eje normativo para la fiscalización de precios de transferencia.
Cuando una multinacional reduce los precios de transferencia con el objetivo de pagar menos aranceles, debe justificar esta decisión con argumentos económicos sólidos. De lo contrario, podría enfrentarse a ajustes fiscales, sanciones o incluso acusaciones de elusión. Por ejemplo, las autoridades podrían argumentar que el precio no refleja el valor real del producto si se aparta significativamente de los comparables de mercado.
A nivel aduanero, el riesgo también es elevado. Las aduanas, a diferencia de las autoridades fiscales, se centran en asegurar que el valor declarado para importación no sea artificialmente bajo. En jurisdicciones como EE. UU., la U.S. Customs and Border Protection (CBP) realiza auditorías sobre los valores de importación para evitar pérdida de ingresos arancelarios. Las empresas, por tanto, deben encontrar un equilibrio entre cumplimiento fiscal y aduanero, lo cual puede ser complejo debido a la diferencia de objetivos entre ambas autoridades.
Efectos del Aumento de Aranceles en las Funciones, Riesgos y Activos de las MNCs
El incremento en los aranceles también tiene un impacto estructural en los análisis de precios de transferencia. Este tipo de análisis no se limita únicamente al valor de las transacciones, sino que también evalúa las funciones desempeñadas por cada entidad, los activos utilizados y los riesgos asumidos. Cuando los aranceles alteran el flujo de mercancías o incrementan los costos de operación, es común que cambie la distribución del riesgo y la función económica entre las entidades del grupo.
Por ejemplo:
- Una subsidiaria que antes actuaba solo como distribuidor limitado puede comenzar a asumir mayores riesgos financieros y operacionales como resultado del aumento de los aranceles.
- La necesidad de reorganizar cadenas de suministro puede llevar a la reubicación de funciones clave -como manufactura o logística- hacia países con menores barreras comerciales.
- Las entidades que antes eran pasivas pueden convertirse en centros de decisión para mitigar impactos arancelarios.
Estos cambios deben ser documentados y reflejados en los análisis funcionales, de lo contrario podrían generar inconsistencias que deriven en cuestionamientos por parte de las autoridades.
Estrategias para Mitigar Riesgos en un Entorno Arancelario Volátil
Ante este panorama, las empresas multinacionales deben adoptar una estrategia integral y coordinada entre sus departamentos fiscal, legal, de logística y de cumplimiento. Algunas medidas recomendadas incluyen:
1. Revisión y actualización continua de las políticas de precios de transferencia
Las políticas deben adaptarse a los nuevos escenarios de riesgo. Es indispensable revisar los análisis funcionales y la elección de métodos de valoración para reflejar fielmente las nuevas realidades comerciales.
2. Refuerzo de la documentación y estudios de precios
La documentación de precios de transferencia debe incorporar análisis sobre el impacto de los aranceles en la rentabilidad, y justificar cualquier ajuste implementado. También se deben incluir comparables que reflejen condiciones similares en cuanto a la exposición arancelaria.
Conclusión: Un enfoque multidisciplinario ante desafíos globales
La interacción entre políticas arancelarias y precios de transferencia ha introducido una nueva capa de complejidad en la gestión fiscal de las multinacionales. En un entorno global donde las medidas proteccionistas pueden surgir con poca antelación, es crucial que las empresas adopten un enfoque proactivo, integrando herramientas de análisis tributario, aduanero y estratégico.
Ajustar precios de transferencia ya no es una decisión puramente fiscal: implica considerar implicancias aduaneras, impactos en la rentabilidad operativa, y posibles cuestionamientos por parte de múltiples autoridades. La transparencia, la documentación robusta y la alineación con el principio de plena competencia son los pilares para enfrentar este desafío con éxito.