El Impuesto Mínimo Global representa un hito en la fiscalización internacional. Este acuerdo, impulsado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y respaldado por más de 130 países, busca garantizar que las grandes multinacionales paguen al menos un 15% de impuestos sobre sus beneficios, sin importar dónde operen. Pero ¿Qué implica esta medida y cómo afecta a la economía global? En este artículo, exploraremos los detalles de esta propuesta, su impacto en países en desarrollo, las respuestas de los países fuera del G7 y otros aspectos clave relacionados.
¿Qué es el Impuesto Mínimo Global?
El Impuesto Mínimo Global es una política diseñada para combatir la evasión fiscal y limitar el uso de paraísos fiscales. Su objetivo principal es asegurar que las grandes multinacionales, particularmente aquellas con ingresos superiores a los 750 millones de euros anuales, paguen una tasa mínima del 15% sobre sus beneficios, sin importar dónde estén registradas o declaren sus ganancias. Esta medida, parte de un acuerdo global promovido por la OCDE y el G20, se estructura en dos pilares fundamentales:
- Pilar 1: Redistribuir parte de los beneficios de grandes empresas hacia los países donde realmente operan y generan ingresos.
- Pilar 2: Establecer una tasa mínima global del 15%, reduciendo la competencia fiscal entre países y los incentivos para trasladar ganancias a territorios de baja tributación.
Fiscalización a multinacionales y el impacto en empresas tecnológicas
La introducción de este impuesto busca abordar la evasión fiscal de grandes multinacionales, incluidas las tecnológicas como Google, Amazon, Meta (Facebook) y Apple. Estas empresas han sido criticadas por aprovechar vacíos legales y mecanismos financieros, como los precios de transferencia, para declarar sus beneficios en países con bajas tasas impositivas, aunque generen ingresos en mercados con mayores impuestos.
Implicaciones para las multinacionales:
- Pago de impuestos más altos: Las multinacionales deberán contribuir con un porcentaje más significativo de sus beneficios, lo que podría impactar su rentabilidad.
- Redistribución de ingresos fiscales: Los países donde operan y generan valor recibirán una mayor parte de los impuestos, mejorando su recaudación.
- Cambio en estrategias fiscales: Empresas que históricamente trasladaban ganancias a paraísos fiscales tendrán que reestructurar sus modelos financieros.
Sector tecnológico en el foco:
Las empresas tecnológicas son particularmente relevantes porque operan en un entorno globalizado y digital donde las fronteras fiscales son menos claras. Estas compañías deberán adaptarse para cumplir con los nuevos requisitos, reduciendo su capacidad para aprovechar regímenes fiscales más favorables.
Impacto en los países en desarrollo
El Impuesto Mínimo Global tiene implicaciones significativas para los países en desarrollo, aunque no siempre de manera equitativa.
- Ventajas potenciales: Estos países podrían recibir ingresos adicionales gracias al Pilar 1, especialmente si logran aplicar la redistribución de beneficios de las multinacionales que operan en sus territorios.
- Limitaciones: Algunos economistas señalan que el umbral del 15% podría ser insuficiente para cubrir las necesidades fiscales de los países con economías emergentes. Además, estas naciones suelen carecer de los recursos técnicos y administrativos necesarios para implementar y supervisar las nuevas normativas.
Los países en desarrollo demandan un mayor reconocimiento en la distribución de los ingresos fiscales, argumentando que los países ricos, que concentran la sede de muchas multinacionales, son los principales beneficiados.
Respuestas de los países fuera del G7
Aunque la propuesta del Impuesto Mínimo Global ha sido ampliamente respaldada por el G7 y otras economías avanzadas, algunos países fuera de este grupo han mostrado resistencia o incertidumbre respecto a su implementación.
Principales desafíos:
- Paraísos fiscales: Países como Irlanda o Barbados, que han prosperado atrayendo inversiones gracias a sus bajos impuestos, temen que esta medida reduzca su competitividad económica.
- Países no adheridos: Algunos estados, especialmente aquellos con sistemas fiscales débiles, podrían optar por no adoptar el acuerdo, lo que generaría un panorama desigual y dejaría margen para la evasión fiscal.
- Competencia fiscal regional: Países en vías de desarrollo temen que las reglas actuales sigan favoreciendo a las economías más avanzadas, limitando su capacidad para competir en igualdad de condiciones.
¿Qué significa esto para la economía global?
El impuesto global a multinacionales marca un cambio significativo en la forma en que los países cooperan para regular la economía global. Entre sus principales efectos destacan:
- Mayor equidad fiscal: Las multinacionales estarán sujetas a reglas similares, independientemente de dónde operen, nivelando el terreno frente a las empresas locales.
- Reducción de los paraísos fiscales: Con menos incentivos para trasladar beneficios, la relevancia de estos territorios podría disminuir.
- Desafíos para la inversión extranjera: Algunos países con tasas bajas temen que esta medida afecte su capacidad para atraer inversión.
Sin embargo, el éxito de esta iniciativa dependerá de su implementación efectiva y de la cooperación continua entre los países.
Conclusión
El Impuesto Mínimo Global representa un avance hacia un sistema fiscal más justo y equilibrado, buscando combatir la evasión fiscal y garantizar que las multinacionales contribuyan de manera equitativa. Aunque enfrenta desafíos, su éxito dependerá de la cooperación internacional y de asegurar beneficios inclusivos, especialmente para los países en desarrollo.